sábado, 22 de mayo de 2010

Persepectiva De Género



En los últimos años se produjo un importante avance en las ciencias sociales, al incorporarse los denominados estudios de la mujer como un nuevo paradigma. El género, como categoría social, es una de las contribuciones teóricas más significativas del feminismo contemporáneo. Esta categoría analítica surgió para explicar las desigualdades entre hombres y mujeres, poniendo el énfasis en la noción de multiplicidad de identidades. Lo femenino y lo masculino se conforman a partir de una relación mutua, cultural e histórica. El género es una categoría transdisciplinaria, que desarrolla un enfoque globalizador y remite a los rasgos y funciones psicológicos y socioculturales que se le atribuye a cada uno de los sexos en cada momento histórico y en cada sociedad. Las elaboraciones históricas de los géneros son sistemas de poder, con un discurso hegemónico y pueden dar cuenta de la existencia de los conflictos sociales. Y la problematización de las relaciones de género logró romper con la idea del carácter natural de las mismas. Lo femenino o lo masculino no se refiere al sexo de los individuos, sino a las conductas consideradas femeninas o masculinas. En este contexto, la categoría de género puede entenderse como una explicación acerca de las formas que adquieren las relaciones entre los géneros, que algunos consideran como una alternativa superadora de otras matrices explicativas, como la teoría del patriarcado (ver Patriarcado). Se sostiene que (aunque la incorporación del concepto de “patriarcado” constituyó un avance importante para explicar la situación de las mujeres) resultó insuficiente para comprender los procesos que operan dentro de la estructura social y cultural de las sociedades, condicionando la posición e inserción femenina en realidades históricas concretas.


Según Marta Lamas, aún cuando ya en 1949 aparece como explicación en El segundo sexo de Simone de Beauvoir, el término género sólo comienza a circular en las ciencias sociales y en el discurso feminista con un significado propio y como una acepción específica (distinta de la caracterización tradicional del vocablo que hacía referencia a tipo o especie) a partir de los años setenta. No obstante, sólo a fines de los ochenta y comienzos de los noventa el concepto adquiere consistencia y comienza a tener impacto en América Latina. Entonces las intelectuales feministas logran instalar en la academia y las políticas públicas la denominada “perspectiva de género”. En 1955 John Money propuso el término “papel de género” para describir el conjunto de conductas atribuidas a los varones y a las mujeres, pero ha sido Robert Stoller quien estableció más claramente la diferencia conceptual entre sexo y género. Los sistemas de género se entienden como los conjuntos de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores sociales que las sociedades elaboran a partir de la diferencia sexual anatómico-fisiológica y que dan sentido a las relaciones entre personas sexuadas (De Barbieri, 1990). Según Gomariz, a partir de estas referencias conceptuales pueden examinarse distintos planos del conocimiento acumulado en la materia. De modo amplio podría aceptarse que constituyen reflexiones sobre género todas aquellas que se hicieron en la historia sobre las consecuencias y significados que tiene pertenecer a cada uno de los sexos. Para Gomariz puede denominarse como “estudios de género” el segmento de la producción de conocimientos que se ha ocupado de ese ámbito de la experiencia humana.


La “perspectiva de género”, en referencia a los marcos teóricos adoptados para una investigación, capacitación o desarrollo de políticas o programas, implica:


a) reconocer las relaciones de poder que se dan entre los géneros, en general favorables a los varones como grupo social y discriminatorias para las mujeres;


b) que dichas relaciones han sido constituidas social e históricamente y son constitutivas de las personas;


c) que las mismas atraviesan todo el entramado social y se articulan con otras relaciones sociales, como las de clase, etnia, edad, preferencia sexual y religión.


La perspectiva de género opta por una concepción epistemológica que se aproxima a la realidad desde las miradas de los géneros y sus relaciones de poder. Sostiene que la cuestión de los géneros no es un tema a agregar como si se tratara de un capítulo más en la historia de la cultura, sino que las relaciones de desigualdad entre los géneros tienen sus efectos de producción y reproducción de la discriminación, adquiriendo expresiones concretas en todos los ámbitos de la cultura: el trabajo, la familia, la política, las organizaciones, el arte, las empresas, la salud, la ciencia, la sexualidad, la historia. La mirada de género no está supeditada a que la adopten las mujeres ni está dirigida exclusivamente a ellas. Tratándose de una cuestión de concepción del mundo y de la vida, lo único definitorio es la comprensión de la problemática que abarca y su compromiso vital.


Existe cierto consenso en que es necesario establecer distinciones entre sexo y género. El sexo corresponde a un hecho biológico, producto de la diferenciación sexual de la especie humana, que implica un proceso complejo con distintos niveles, que no siempre coinciden entre sí, y que son denominados por la biología y la medicina como sexo cromosómico, gonadial, hormonal, anatómico y fisiológico. A la significación social que se hace de los mismos se la denomina género. Por lo tanto las diferencias anatómicas y fisiológicas entre hombres y mujeres que derivan de este proceso, pueden y deben distinguirse de las atribuciones que la sociedad establece para cada uno de los sexos individualmente constituidos.


Aunque existen divergencias en su conceptualización, en general la categoría de género es una definición de carácter histórico y social acerca de los roles, identidades y valores que son atribuidos a varones y mujeres e internalizados mediante los procesos de socialización. Algunas de sus principales características y dimensiones son: 1) es una construcción social e histórica (por lo que puede variar de una sociedad a otra y de una época a otra); 2) es una relación social (porque descubre las normas que determinan las relaciones entre mujeres y varones); 3) es una relación de poder (porque nos remite al carácter cualitativo de esas relaciones); 4) es una relación asimétrica; si bien las relaciones entre mujeres y varones admiten distintas posibilidades (dominación masculina, dominación femenina o relaciones igualitarias), en general éstas se configuran como relaciones de dominación masculina y subordinación femenina; 5) es abarcativa (porque no se refiere solamente a las relaciones entre los sexos, sino que alude también a otros procesos que se dan en una sociedad: instituciones, símbolos, identidades, sistemas económicos y políticos, etc.); 6) es transversal (porque no están aisladas, sino que atraviesan todo el entramado social, articulándose con otros factores como la edad, estado civil, educación, etnia, clase social, etc); 7) es una propuesta de inclusión (porque las problemáticas que se derivan de las relaciones de género sólo podrán encontrar resolución en tanto incluyan cambios en las mujeres y también en los varones); 8) es una búsqueda de una equidad que sólo será posible si las mujeres conquistan el ejercicio del poder en su sentido más amplio (como poder crear, poder saber, poder dirigir, poder disfrutar, poder elegir, ser elegida, etcétera).


La generalización del concepto de género ha suscitado una polémica en torno a la conveniencia de continuar usándolo. A veces el término se ha tergiversado y banalizado en su aplicación. En algunos estudios macrosociales o del mercado de trabajo, a la desagregación por sexo se la denomina género, pero la categoría permanece vacía. Algo similar ocurre cuando la palabra género sustituye a mujeres (Scott, 1990). El género requiere la búsqueda de sentido del comportamiento de varones y mujeres como seres socialmente sexuados. Marta Lamas sostiene que en América latina no hubo el suficiente debate ni una confrontación teórica al respecto, al menos comparada con la fuerza y visibilidad con que se ha dado en el mundo anglosajón. Para Lamas (1999) un aspecto relevante a debatir es “la forma en que se manifiesta el traslape conceptual entre género y diferencia sexual: como ausencia o silencio, confusión y negación”. En el debate sobre las relaciones entre hombres y mujeres, la diferencia sexual es un concepto básico para comprender la base sobre la que se construye el género. Según Lamas, las feministas norteamericanas circunscriben la definición de diferencia sexual a lo anatómico, limitándola a una distinción sustantiva entre dos grupos de personas en función de su sexo, o sea, a un concepto taxonómico, análogo al de clase social o al de raza: “Al no manejar el concepto psicoanalítico de diferencia sexual, ignoran el papel del inconsciente en la formación de la identidad sexual y la inestabilidad de tal identidad, impuesta en un sujeto que, según Freud, es fundamentalmente bisexual. Esto tiñe las forma en que reflexionan sobre la diferencia entre mujeres y hombres, y por ello elaboran sus planteamientos teóricos a partir de la diferencia de género. Las europeas, más cercanas al psicoanálisis lacaniano, suelen analizar la contradicción mujer/hombre incorporando la diferencia sexual en su complejidad psicoanalítica” (Lamas, 1999). Para esta teoría, “mujeres y hombres son producidos por el lenguaje y las prácticas y representaciones simbólicas dentro de formaciones sociales dadas, pero también por procesos inconscientes vinculados a la simbolización de la diferencia sexual. Hay que comprender que la diferencia sexual es una diferencia estructurante, a partir de la cual se construyen no sólo los papeles y prescripciones sociales sino el imaginario de lo que significa ser mujer o ser hombre, por lo tanto no puede ser situada en el mismo nivel que el género” (Lamas, 1999).


Aunque no constituye una categoría cerrada, sino en pleno desarrollo, la perspectiva de género favorece el ejercicio de una lectura crítica y cuestionadora de la realidad para analizar y transformar la situación de las personas. Se trata así de crear nuevas construcciones de sentido para que hombres y mujeres visualicen su masculinidad y su femineidad a través de vínculos no jerarquizados ni discriminatorios.



Identidad Juvenil



En la actualidad los jóvenes chilenos buscan de diversas formas una identidad que los familiarice, en sentirse libres, felices, una forma de ser aceptado por sus pares.


Y es en este transe emocional y físico entre ser un niño a ser adulto donde ellos sienten que necesitan el apoyo de alguien que los entienda y los acepten; los jóvenes no quieren padres autoritarios ni tampoco padres egocéntricos, sino padres que sepan ser amigos y consejeros.


Principalmente se tomarán a conciencia estos dos puntos, de los cuales se podría decir que consiste el comportamiento de nuestra juventud, en el año 2008 y en el siglo XXI.


La juventud o adolescencia es una cuestión, más que tomarlo biológicamente, se toma desde el punto de vista social, sicológico y cultural, ya que esta etapa transitiva de la infancia hacia una maduración mental se debe tomar en cuenta que este grupo heterogéneo, tomado como un problema por muchos especialistas, se diferencia por sus vestimentas extrañas, ritos extravagantes, música compartida o el lenguaje jergal que se utiliza, por lo que nos darán a describir que la juventud no es un montón de seres humanos que sufren un periodo de cambios de forma uniforme, sino que la juventud, para comprender de qué se trata, hay que considerar que todos son diferentes, recordar la diversidad de opinión, la libre elección, los tiempos, la geografía, condición socioeconómica. No es un concepto que pueda dar la RAE o la ONU, quienes dicen que los jóvenes son desde los 15 a los 30 años y lo tomemos como un todo, no es el significado a la palabra adolescencia, sino de saber cual es su significante, como lo dijo Bordieu "es más que una palabra".


Muchos especialistas en el campo de la sicología consideran que durante la vida de alguna persona, entre las etapas biológicamente definidas, existen dos que marcan al ser humano en su desenvolvimiento con el entorno espacial, la infancia y adolescencia.


Tomando la segunda etapa conflictiva, que caracterizan por los siguientes rasgos generales:


1) Marca una parte de cómo serán cuando sean mayores, o sea, cómo se desenvolverán cuando tengan que trabajar, estar con la familia, compartir con sus paren.


2) Pueden llegar a situaciones de depresión por la responsabilidad existente hoy hacia los jóvenes por la sociedad capitalista.


3) Comienzan a buscar una posición sexual, es decir, experimenta con el gusto hacia la persona del sexo opuesto, o también hacia su propio sexo.


4) La inmadurez mental, puesto que si bien biológicamente están capacitados para tener una reproducción, cerebralmente no pueden por sí solos tomar una decisión coherente sobre diversos retos y desafíos que entrega la vida.


5) La oposición al sistema analógico impuestos por la sociedad, por el sistema político imperante, por la ley regente, por toda la formalidad del mundo adulto.


Cabe señalar dos cosas de suma importancia, que la juventud cambia según la generación en que se encuentran, ya que la idea de rebeldía de los años 60"s está totalmente transformado en la juventud de hoy, y será mucho más radical en las próximas generaciones, y que son los valores recibidos en el ambiente familiar de cada persona lo que gatillará el comportamiento en que se enfocará su vida, los conceptos que llevarán a definirse como persona.



SHOCK CULTURAL


Procesos de difusión o infiltración de complejos o rasgos culturales de una a otra sociedad o grupo social, tiene lugar por contacto generalmente entre dos culturas de diferente grado de evolución viniendo hacer como un efecto del desnivel existente entre ellas en el contacto suele imponerse la conducta mas evolucionada con la absorcion de la que es menos y esta por su parte puede sustituir en su localizacion original aunque desnaturalizada por la influencia de la nueva cultura.


TRANSCULTURACIÓN


La transculturación procede del antropólogo cubano Fernando Ortiz, quien la enunció en 1940 en su libro " Contrapunteo cubano del tabaco y del azúcar".

La transculturación es el proceso por el cual una cultura adquiere en forma creativa ciertos elementos de otra, es decir, a través de ciertos fenómenos de "desculturación" y otros de "neoculturación".


COMPORTAMIENTO


Conducta, manera de portarse o actuar; es la manera de proceder que tienen las personas u organísmos, en relación a su entorno o mundo de estímulos.




GLOBALIZACIÖN


Tendencia de los mercados y las empresas a extenderse alcanzando una dimension mundial que sobrepasa las fronteras nacionales.


INDIVIDUALISMO


Tendencia a actuar según el propio criterio y no de acuerdo con el de la colectividad;Ej: tu individualismo puede causarte muchos problemas en esta empresa.